Por: Juan Carlos Calderón | Consultor principal | CEO MX
Cuando pensamos en crear lugares de trabajo más humanos y colaborativos, bajo un enfoque del tipo: “Entre mejor colaboremos más eficaces seremos” hay un concepto que se vuelve toxico usarlo en un ambiente profesional, y este es el por qué:
1.- Las relaciones familiares al menos en la mayor parte de Latinoamérica son jerárquicas y hay una cultura de autoritarismo con frases como: “Haz lo que digo, no me cuestiones. Hazlo por la familia, hazlo por nosotros”. Esto puede generar que en un ambiente profesional el compromiso no fluya en la dirección correcta, ya que la percepción del colaborador en muchas ocasiones es que el compromiso no es bilateral, y siempre existe el miedo de ser despedido cuando los tiempos se pongan difíciles.
2.- ¿Realmente te gustaría trabajar con tu familia? No conozco a muchas personas que quieran trabajar con sus familias. Muchos de nosotros (entre los que me incluyo) tenemos relaciones distanciadas con nuestra familia de origen. Entonces, la palabra "familia" desencadena dinámicas incómodas para las personas, incluso si esta funciona bien.
3.- El encuadre es (a menudo sin querer) patriarcal. Papá es el jefe (CEO/COO); mamá lleva trabajo emocional (HR); los niños se hacen cargo del trabajo preliminar (Jr./Operaciones). Esto no nos configura como colaborativos, en una organización más lineal y menos jerárquica.
4.- La idea de una familia inculca que los intereses generales están por encima de los individuales, sobre todo en los aspectos económicos, y en una organización que busca ser facilitadora de la sucesión de proyectos individuales y vincular estos proyectos individuales con los de la empresa, existiría un sesgo de intereses, desde la percepción individual.
5.- Se recrean relaciones interpersonales estresantes, las cuales deben ser toleradas por el vínculo "familiar", hemos hablado mucho en el Global Advanced Disney Program sobre los valores fundamentales de un equipo de trabajo, que es el “sentido de unidad” y el “deseo de pertenencia” los cuales logramos nutrir ante todo, con la construcción de confianza y esta depende totalmente de la capacidad que tenga la empresa de crear “Valor relacional” con un estilo de relaciones saludables.
6.- ¿Otras señales reveladoras de que una "familia de trabajo" se desvía peligrosamente hacia territorio de culto? Es que precisamente en muchas empresas como en los cultos el uso de ciertos “códigos” puede afectar gravemente la “Cultura”, como por ejemplo; “el código del silencio”, hay temas de los cuales no se puede hablar dentro de una familia, culto, o empresa, y son del tipo: no se puede decir que la competencia lo está haciendo mejor que nosotros, no podemos hablar abiertamente en la familia, culto, o empresa, que las decisiones, la estrategia o la ejecución de los líderes no son las correctas… En fin, se crea un ambiente de desconfianza la cual tarde o temprano terminará pasando una factura importante a la empresa.
Por lo que después de estas 6 razones de peso para no considerar “Familia” a la empresa nos gustaría decir que si bien a menudo este concepto tiene “buenas intenciones”, esta categorización puede volverse tóxica rápidamente.
Para finalizar nuestra recomendación siempre será, dotar a los entornos en la empresa de autonomía para construir criterio, autogestión para que los colaboradores participen activamente en la toma de decisiones y a partir de aquí, construir valor relacional y capacidad de adaptación, elementos que abordamos a profundidad en el segundo módulo del Disney Program y que son fundamentales en un modelo de valor total…
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Juan Carlos Calderón
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